Por otra parte, cualquier cuestión filosófica que es tan oscura e incierta que la razón humana no puede determinarse con exactitud respecto a ella, parece llevarnos naturalmente —si decidimos tratarla en absoluto— a hacerlo en forma de diálogo y conversación. A hombres razonables puede permitírseles diferir allí donde nadie puede estar razonablemente seguro
No comments yet.